Basado en el famoso libro de Maude Barlow y Tony Clarke, el documental ha recibido numerosos premios
“De pronto, todo resulta claro: el mundo se está quedando sin agua dulce. La humanidad contamina, malgasta y agota la fuente de la vida a un ritmo alarmante. Cada día que pasa, se agranda más la brecha entre nuestras exigencias de agua dulce y las cantidades concretas de que realmente disponemos y, como consecuencia, son más los miles de personas que se colocan en situación de riesgo. Ya en este momento, el impacto social, político y económico de la escasez de agua se está convirtiendo rápidamente en una fuerza desestabilizadora. Para decirlo sin rodeos, si no cambiamos drásticamente nuestro comportamiento en esta materia, entre la mitad y las dos terceras partes de la humanidad tendrán que enfrentarse a una grave escasez de agua dulce durante los próximos veinticinco años”.
Con esta dramática descripción comienza el famoso libro Oro Azul de Maude Barlow y Tony Clarke, en el que está basado el documental Oro Azul: la guerra del agua
Multipremiado en numerosos festivales, el trabajo, dirigido por Sam Bozzo, plantea con crudeza la posibilidad de que en el futuro las guerras no se libren por el petróleo, sino por algo mucho más básico y necesario para la vida: el agua. Gigantes corporativos, inversores privados y gobiernos corruptos compiten ya hoy por el control de nuestros suministros de agua fresca que cada vez son más escasos.
El planeta se acerca rápida y peligrosamente a una crisis mundial por el agua en la medida en que la fuente de vida por excelencia entre a formar parte de un mercado global y sea asunto de disputas en la arena política.
Para evitarlo, Maude Barlow y Tony Clarke proponen en su libro una serie de directrices:
1.- Promover “constituciones que garanticen un mínimo vital de agua gratuita” para todos.
2.- Nombrar “consejos de administración del agua” de alcance local
3.- Luchar por la promulgación de una “legislación nacional que proteja el agua”
4.- Oponerse a la explotación comercial del agua.
5.- Apoyar el movimiento contra las presas.
6.- Hacer frente al Fondo Monetario Internacional y al Banco Mundial
7.- Poner en tela de juicio a los “señores del agua”
8.- Trabajar a favor de la justicia global.
9.- Promover la “Propuesta de tratado en defensa del agua como bien común”
10.- Apoyar la celebración de una “Convención Global del Agua”