La India a lo largo de su historia ha conservado un profundo sentido de lo sagrado. La tradición hindú ofrece un lugar privilegiado a las “grandes almas” y a los gurús espirituales.
DARSHAN. EL ABRAZO (La Película de Amma) es la película de Mata Amritanandamayi (llamada afectuosamente Amma -madre-). Amma, en este sentido es ejemplar. En efecto, se ha convertido hoy en uno de los gurús vivos más importantes. Su incondicional capacidad de escucha y de devoción le confiere un lugar de excepción en la historia de la religión de la India. Para muchos, es la encarnación de la madre divina, y, según la tradición, está considerada como una santa. En cierta medida, es reconocida por haber restaurado uno de los ritos más antiguos de la herencia espiritual hindú. Este íntimo documental capta su carisma y su bondadoso espíritu, mientras observamos cómo abraza y habla con todos aquellos que acuden a ella. Se puede sentir fácilmente su carácter especial y lo afortunados que se sienten los que están en su presencia. DARSHAN. EL ABRAZO (La Película de Amma) es una película que intentará testimoniar, en el contexto particular de la India tradicional, otra manera de sentir el mundo.
Sobre Amma:
Mata Amritanandamayi Devi, también conocida por sus seguidores como ‘Amma’, ‘Ammachi’ o ‘Madre’ (nacida el 27 de septiembre de 1953), con el nombre de Sudhamani en el pequeño pueblo de Parayakadavu (hoy en día prácticamente conocido como Amritapuri), cerca de Kollam, Kerala. Es reconocida mundialmente por su enorme obra caritativa y reverenciada por algunos como un Mahatma (Gran alma) o como una santa viva. Nació en una familia de pescadores. En el momento del nacimiento, su rostro mostraba una radiante sonrisa, no aparecieron ni lágrimas ni llanto, tal como suele ser habitual en los demás bebés. Fue una niña muy peculiar desde su mismo nacimiento. Mostraba una gran devoción a Dios y siendo todavía una niña pequeña, ya permanecía a menudo absorta en profunda meditación, totalmente ajena al mundo. A la edad de cinco años, empezó a componer cantos devocionales. Cuando tenía tan sólo nueve años, su madre enfermó, y toda la responsabilidad del trabajo de cocinar y cuidar la casa recayó sobre ella. Tuvo que abandonar la escuela, a pesar de haber dado muestras de una gran inteligencia. Sudhamani cuidó de sus hermanos, de sus padres y también se hizo cargo del trabajo doméstico de su familia. Aunque su trabajo diario acabara a media noche, Sudhamani dedicaba el resto de la noche a meditar, a cantar y a rezar a Dios, en lugar de irse a dormir. Desde estos humildes comienzos inició su camino hacia la “maternidad universal”, que le ha llevado entre otros méritos a la cumbre de la paz del milenio, Asamblea General de la ONU 2000.
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